El Payaso y la Magia, un relato y un corto que hice hace algún tiempo - Crónicas de Esperantia

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martes, 27 de julio de 2010

El Payaso y la Magia, un relato y un corto que hice hace algún tiempo

Allá por el año 2003 no recuerdo ahora cómo ni por qué surgió un concurso de cortos de tres minutos y decidí participar.

Sabía que no tenía ninguna opción, que el rollo del funcionamiento de los concursos es de chiste, por no decir de juzgado de guardia, pero, a pesar de que ya tenía algunas malas experiencias, se me ocurrió sobre la marcha una idea y como había conseguido el prespuesto completo del corto, 10 euros, me lancé a la aventura.

El presupuesto total se lo llevó una cinta mini dvcam y el coste de 2 helados de chocolate.

La cinta es en la que grabamos la historia y los dos helados salen como extras en la cinta, antes de ser engullidos por los protagonistas.

El Payaso y la Magia comenzó siendo un texto que se portó muy bien por lo que fue ascendido a guión y posteriormente obtuvo por méritos propios el ascenso definitivo a cortometraje. Aquí puedes leerlo al final del texto de los monólogos que sigo representando cuando alguien se digna a contratarme.

Con un presupuesto tan desorbitado tuve que buscarme la vida para la edición, la cámara, el micrófono, los actores y todo lo demás. Fue menos complicado de lo que pensé. Quise ofrecerle un papel de extra al dependiente de la heladería, pero me dijo que tenía mucho trabajo y como estábamos a punto de rodar, decidí hacerlo yo mismo. La voz en off que sale en la primera escena seguro que la reconoces si habitualmente escuchas el Podcast de Confusión.

Con la música también tuve que buscarme la vida. Desgraciadamente no soy músico, pero intenté hacer algo que sonara bien.

Algunas escenas están hechas sin los niños porque tuvieron que marcharse muy temprano y apenas tuve ocasión de repetir las tomas. Los planos-contraplanos creo que no quedaron tan mal.

El niño pequeño es mi hijo David y el mayor su primo Daniel. Todo surgió muy rápido y no pude organizarme bien para que estuvieran más tiempo grabando. Todo el corto se grabó durante una mañana. Algo así como tres horitas de nada.

En la escena del principio, que rodamos la última de todas, Raúl, el colega que hace de Tony, el payaso, y que es actor de verdad, quiso darle más realismo a la escena que sale al principio y se trajo cebolla de casa para que le salieran las lágrimas. Estuvo de puta madre, pero al final, en el montaje, nos dimos cuenta que se le quedó un fragmento junto a los ojos. Aunque creo que si no te lo cuento, ni lo hubieras notado.

En una de las escenas en las que Raúl simulaba pedir limosna, unos extranjeros que pasaban por ahí le dieron pasta de verdad. Eso es realismo, ¿eh?

Con algo más de tiempo hubiera cambiado muchas cosas, pero creo que la experiencia no estuvo mal.

Espero que lo disfrutes, que seas indulgente con las críticas y como es Creative Commons y todo eso, cópialo y reprodúcelo hasta que te canses, distribúyelo por donde te apetezca y sobre todo pásalo bien.

Todas las escenas fueron rodadas en la Plazoleta de las Ranas y en Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria. Y aquí tienes el resultado:






La imagen es una captura de pantalla del cortometraje con David y Daniel comiendo el famoso helado.

4 comentarios:

Carmen dijo...

Joer con 10 euros sólo hiciste maravillas. Con la crisis que hay serías un productor cojonudo.

Anónimo dijo...

Es una historia un poco triste, pero es la cruda realidad. Me ha gustado mucho.

Pedro dijo...

Muy malo. Malísimo. Un horror

María Jimenno dijo...

Cielo de niño, me encanta la escena cuando espera por su primo y se balancea hasta que se cansa y tira de él, es buenísimo...