Psicoblogs - Crónicas de Esperantia

Breaking

martes, 17 de enero de 2006

Psicoblogs

Tengo una amiga psicóloga a la que le he echado una manita para conectarse a Internet y le he dado algunas indicaciones para navegar en estas procelosas aguas. Inmediatamente se ha enganchado a los blogs que sigue con mucho interés y me ha confiado un par de reflexiones a las que ha llegado después de analizar un poco la blogosfera.

La primera reflexión fue: "No hay muchas mujeres escribiendo blogs porque no son tan competitivas como los hombres que consideran los blogs como un tipo de competición a ver quién tiene más visitas, enlaces, seguimiento y peso específico..."

La segunda reflexión se centraba en torno al tipo de personas que mantienen los blogs: "Los blogs pertenecen generalmente a personas que no les gusta el fútbol (deportes en general), pero que al ser hombre y competitivos por lo general, los emplean para competir entre ellos"

Los entrecomillados son sus palabras exactas. No me siento aludido en ninguno de los dos casos porque yo no compito y a mí si me gusta el deporte, aunque no soy el típico forofo o seguidor acérrimo.

Supongo que habrá de todo entre los que mantienen bitácoras, blogs o diarios de este tipo. Tal como dije en alguna ocasión por aquí, a mi no me quita el sueño el blog, ni me preocupa si tengo más o menos visitas o comentarios y lo voy alimentando y actualizando a mi ritmo y siempre con los contenidos que a mi me apetece incluir, sean o no sean políticamente correctos o adecuados.

Hay algunas personas de mi entorno, que no tienen ninguna conexión con este mundo de la tecnología, que me consideran algo así como un gurú de Internet o un Sumo Sacerdote de la Red, cuando en realidad cada día conozco menos del funcionamiento de estos sistemas que se actualizan a velocidad de vértigo. El otro día me dijeron que mi blog estaba mal posicionado. ¿Comorl?

El otro día, sin ir más lejos me enteré que a través de Technoratti, puedes ver los que te enlazan. Y del tema de las sindicaciones, mejor no hablo, porque no sé ni cómo funcionan realmente.

Actualización: La foto del cerebro la encontré en UNAM.

No hay comentarios: