El caos y el pillaje se ciernen sobre Haití, mientras la ayuda sigue sin llegar a la mayoría de los afectados - Crónicas de Esperantia

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sábado, 16 de enero de 2010

El caos y el pillaje se ciernen sobre Haití, mientras la ayuda sigue sin llegar a la mayoría de los afectados

Todo lo que sigo leyendo en torno al terremoto de Haití y sus consecuencias me llena de escalofríos por todo el cuerpo. Se cumplen 6 días del terremoto y a la mayoría de las zonas no ha llegado ni un gramo de ayuda. Ni comida, ni medicamentos, ni personal: nada.

Un irresponsable responsable del reparto de la ayuda dijo ayer que el auxilio en forma de víveres, medicinas y material básico había llegado ya a 8000 personas y que en un mes llegaría a 2 millones de personas. Me quedé helado cuando lo escuché.

Teniendo en cuenta que algunas previsiones hablan de 3 millones de personas sin hogar, sin comida y sin nada, la catástrofe aún puede ser mayor. La recomendación sería que les manden ya los féretros como ayuda, dado que muchos de ellos no conseguirán subsistir heridos, desnutridos, a la intemperie y en medio de las epidemias que ya empiezan a desatarse por la acumulación de cuerpos en descomposición por las calles.

Personas que difícilmente pueden aguantar un día más sin agua ni comida, tendrán que esperar más de un mes hasta que llegue su ayuda. Me parece realmente increíble, pero desgraciadamente es cierto. También resulta sorprendente que hasta el cuarto o quinto día no empezaran a llegar las ayudas a los hospitales que durante los primeros días eran más parecidos a un solar que a otra cosa sin absolutamenta nada con que atender a los heridos.

Paradójicamente la ayuda está llegando masivamente, pero se sigue amontonando en el aeropuerto porque a nadie se le ha ocurrido pensar que esa ayuda hay que transportarla a los lugares donde se necesita. Siguen llegando aviones con ingentes materiales necesarios y se sigue amontonando en el aeropuerto.

Confío que durante el próximo mes alguien caiga en la cuenta que la ayuda no se transporta sola y que se necesitan más camiones o vehículos para llevarla del lugar A al lugar B.

Lo que no deja de sorprenderme es que los lugares en los que se necesita esa ayuda urgente no están a millones de kilómetros del aeropuerto. Son barrios enteros de la capital a donde no ha llegado todavía nada y, como es lógico, los supervivientes intentan buscarse la vida como pueden.

Lo único que me impide entrar a degüello contra los irresponsables de la ONU es la destrucción completa de su sede con la lógica decapitación de su organigrama que seguramente habrá ralentizado todavía más la organización de una nueva cadena de mando, pero si ya se sabía desde el primer momento que ésto había ocurrido, no me explico por qué no se tomaron medidas drásticas y urgentes para reemplazarla con celeridad.

Durante estos días estamos comtemplando todo lo bueno y lo malo de los seres humanos. La República Dominica se está dejando la piel con sus hermanos haitianos, con los que comparte frontera y se están comportando como verdaderos héroes. El resto de países están dando el resto con el envío de todo lo que tienen. Ver imágenes de aviones e el aeropuerto llenos de ayuda de todos los países es una gran noticia. Me sigo acordando de un hecho curioso. El primer avión que vi allí a las pocas horas del siniestro era chino. Y China no hace exactamente frontera con Haití, al menos que yo sepa.

Incluso las Dictaduras Feudales del Golfo pusieron su granito de arena para intentar paliar la catástrofe. Emiratos Árabes Unidos propuso crear un puente aéreo durante las primeras horas ante el colapso del aeropuerto haitiano por la destrucción de la torre de control o la dictadura cubana que abrió su espacio aéreo para que los aviones norteamericanos ahorraran tiempo en sus viajes a Haití.

Me consta que todos los países se han comportado de manera excepcional. Ahora hay que buscar soluciones para que el caos no vuelva a ser la nota predominante en las entregas de las ingentes cantidades de ayuda que todos los países solidarios están enviando en cantidades industriales. Es una verdadera lástima que tanta ayuda que podría acabar con muchísimo problemas bien distribuida y repartida entre los necesitados se acumule estúpidamente a unos pocos kilómetros por falta de previsión.

Les envío mis mejores vómitos Gran Reserva a esa pandilla de miserables politicastros que obligaron a descender del avión a bomberos que se dirigían al lugar del siniestro para ayudar en las labores del rescate para ocupar ellos su lugar y poderse hacer las fotos demagógicas y miserables. Tampoco me extraña mucho. En Canarias hicieron los mismo durante la catástrofe del vuelo de Spanair.

Las televisiones nos están dando una de cal y otra de arena. Se están convirtiendo en un excelente vehículo para la canalización de ayudas, pero sus carroñeros especialistas están ofreciéndonos lo peor que encuentran por la zona. Me parece realmente patético que se dediquen a hacer carreras entre los canales para ver quien consigue más dinero en ayudas.

En la imagen, efectivos del ejército argentino cargando material de ayuda en un avión de carga con destino al infierno logístico de Haití. La encontré en Los Andes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las noticias que llegan sobre el control del aeropuerto de Haiti por los soldados norteamericanos resultan vergonzosas. http://hombredeapie.wordpress.com/2010/01/16/%C2%BFque-nos-mueve-a-la-accion-en-haiti/