Pausas televisivas - Crónicas de Esperantia

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miércoles, 14 de mayo de 2008

Pausas televisivas

No veo mucho la televisión, tal como te he dicho en repetidas ocasiones, pero como el artefacto es algo omnipresente en nuestra sociedad y como un santo, una virgen o un dios preside casi todas las estancias en las que merodeas, es inevitable que tenga que verla de una u otra forma.

¿Qué sería de una cafetería española o bar español sin una televisión presidiendo desde su privilegiada atalaya el acontecer cotidiano de unos cuantos parroquianos y parroquianas? No sería nada.

En poco tiempo he quedado con dos o tres personas en cafeterías para charlas de algún tema concreto y he observado desde la lejanía que cada vez son más largas las pausas con las que las diferentes cadenas generalistas obsequian a sus espectadores.

Hace tiempo recuerdo que se empleaban para ir al baño, pero ahora, por lo que he observado, te da tiempo de construirte antes el baño completo. No es coña: creo que un matrimonio y dos hijos durante una pausa pueden perfectamente construirse un baño. Una pareja se dedica a alicatar y la otra a colocar las piezas y creo que les sobrarían minutos.

¿Y qué ocurre en esas pausas? Algo cercano al apocalipsis. No sé que ocurrirá en otras zonas, pero aquí en Canarias ponen tandas de algo que podría definirse como videoclips, pero hechos por gente que odia a la humanidad con todas sus fuerzas. Son piezas musicales, por llamarlas de algún modo, perpetradas por adictos al sadismo.

Para que te hagas una idea da la impresión de que es una campaña patrocinada por la Consejería de Turismo del infierno, del ministerio o del departamento que allí se ocupe de la cosa turística.

Estoy convencido que con el paso de los años esta gente será juzgada por crímenes contra la humanidad. Las visiones son espeluznantes y del contenido, digamos musical, mejor no digo nada.

Sonidos tan infectos que estoy seguro que no pasarían el control de calidad en la verbena más cutre del pueblo más abyecto son las melodías que nos acompañan a los canarios como la banda sonora de nuestras vidas.

Si vives en Canarias sabrás de que te hablo y si no, tienes un montón de muestras en Caspacanaria.

La bella estampa del infierno la encontré en Planetasedna.

2 comentarios:

jeiolasev dijo...

Es que yo creo que no hay derecho a que te metan un trozo de película entre unos anuncios. Vamos a acabar aborreciendo el cine.
Saludos.

Fran J. Saavedra Bauló dijo...

Jesús, desde luego que eso es lo peor. El interrumpir los anuncios para poner trozos de películas te impide concentrarte realmente en los productos que promocionan. ¡Un asco!

Saludos