El apocalípsis reggaetoniano - Crónicas de Esperantia

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miércoles, 11 de enero de 2006

El apocalípsis reggaetoniano

Si todavía te quedaba alguna duda, te aseguro que el fin del mundo ya se ha consumado y hemos ido todos al infierno.

Los que vivimos en Canarias hemos debido portarnos tan mal que nos han enviado a un infierno especialmente cruel.

Yo no suelo ver la televisión, pero me habían hablado de una serie que tenía muy buena pinta, Vientos de Agua, y un alma caritativa se comprometió a grabármela en vídeo. Ésta práctica creo que todavía sigue siendo legal, pero no las tengo todas conmigo tal y como se están poniendo las cosas.

La serie es una maravilla y no se puede destacar nada del resto porque el conjunto es armonioso y la calidad y el buen hacer se constatan desde la primera secuencia. Tele 5, una vez más apuesta y acierta.

Lo malo es que para ver la serie tienes que padecer las pausas publicitarias y todo lo que conllevan. O, para mejor decir, ves una serie de pausas publicitarias y en medio emiten los trozos correspondientes de la serie.

En Canarias hacen desconexiones regionales para poner la publicidad local y los videobodrios musicales que los seres cerebralmente mejorables esperan con impaciencia para saber qué tipo de música deben consumir y en qué medida durante cada temporada.

En medio de tales engendros están emitiendo un vídeo promocional de un disco que es una de las mejores elecciones para regalar a tus peores enemigos. Son dos tías de Canarias que se hacen llamar Knarias y perpetran un crimen titulado "40 entre las dos".

Me sonaba de algo porque en alguna cafeteria con televisión las había visto, aunque no oído, y supuse que se dedicarían a algo relacionado con la música. Pero, hete aquí que en el vídeo aparecen rodeadas de personajes que, por su aspecto, no te gustaría encontrártelos en un callejón oscuro una noche cualquiera.

En un principio pensé que coincidiendo con la Navidad las "cantantes" se habían acercado a algún penal o prisión para hacerles las entrañables fiestas más agradables a los reclusos, pero no es así. Se trata de los productores del disco en cuestión de ese estilo indefiniblemente casposo llamado reggaeton.

Por si no has reaccionado tras la espeluznante visión contemplada, acto seguido enlazan con otro videobodrio promocional de un fulano llamado Pepe Benavente a cuyo lado King Africa es un virtuoso de la música. Este individuo tiene un estilo entre ranchera mexicana y pasodoble de verbena de barrio de mala muerte que por lo visto hace las delicias de los que creen que Mozart fue un lateral derecho del Madrid en algún momento de su historia y que el sumum de la música es el sonido de un teclado comprado en las tiendas de a euro.

Y ésto en las pausas de Telecinco. No me quiero imaginar cómo deben ser las pausas en la Televisión Canaria, cuya columna vertebral son los culebrones y el fomento de la incultura, cuyos onerosos gastos cargan en las espaldas de todos los canarios.

Y a todo esto, el Tribunal de los Derechos Humanos sin enterarse.

Quizás éstos son temas muy localistas. Lo sé. Es posible que no conozcas estos relatos de terror que suceden por aquí a diario. Si quieres encontrar alguna referencia, seguro que te iluminan en Caspacanaria.

En la imagen que encontré en Antes del Fin, podemos ver en una imagen por satélite actualizada del infierno a dos pecadores como se trasladan desde la sala del Reggaeton a la sala de los culebrones, para terminar en la sala de la Televisión Canaria.

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