Gibraltar - Crónicas de Esperantia

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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Gibraltar

Este verano nos hemos encontrado con un nuevo contencioso en torno a Gibraltar, posesión ahora británica merced al Tratado de Utrech de comienzos del siglo XVIII.

El peñón de Gibraltar es la última colonia que queda en territorio español y desde los años 60 la ONU, esa madriguera de corruptos y dictadores, que muchos dan por buena, recomendó que se procediera a la descolonización y a la lógica devolución a España. El Reino Unido sabedor que desde Felipe II en nuestro país han llevado las riendas del Estado personajes corruptos, ladrones, inútiles y vendidos se ha hecho el sueco en el asunto y sigue manteniendo ese anacronismo histórico porque es conocedor del tipo de personajes que tiene enfrente y de los que no debe temer nada.

No obstante los británicos perdieron una oportunidad de oro hace unos años con Moratinos y Zapatero. Si hubieran presionado un poco más, seguro que le habrían sacado una provincia o dos además del peñón, pero me da que tuvieron misericordia por esos seres tan lamentables y al final decidieron no cebarse en la inutilidad manifiesta de estos dos personajes de infausto recuerdo.

Si nos ceñimos a los dictámenes de la ONU, el peñón de Gibraltar tendría que ser descolonizado cuantos antes y devuelto a la soberanía española de la que nunca debío salir, pero a lo largo de nuestra historia los antiespañoles que han dirigido España han sido legión y, como siempre han mirado por ellos mismos y nunca por los intereses generales dela nación, pues así nos ha ido los últimos 300 años.

Otra cosa que me alucina de este país es que la mitad está en contra del propio país. Unos quieren destruir el país y algunos defenderlo. De hecho la mayoría de las formaciones o sectas políticas que nos gobiernan son manifiestamente antiespañoles, algo que creo que sólo existe en nuestro territorio.

En España sólo se permite llevar una bandera española por la calle si el equipo de fútbol gana algo. Si no es el caso te expones a una paliza de cuidado.

Mientras el resto de los países están orgullosos de su bandera, aquí se quema y se denigra continuamente. Algo de locos, desde luego. Hoy me llamarán facha seguramente aquellos que no tienen ningún argumento para contradecir mis opiniones, y mañana me llamarán progre cuando le pegue al indecente gobierno que tenemos el repaso que se merece. 

Una cosa es que no nos guste el régimen feudal de corrupción en el que se ha convertido España y otro muy diferente es que no estemos orgullosos de nuestro país y de nuestra bandera. Aquí si piensas eso, ya eres automáticamente un facha porque sí. 

Bajo mi punto de vista, el hecho de que hayas nacido en un país y te sientas parte de un todo, de un conjunto, de una historia, de una tradición y de unos valores, te gusten más o menos, te hace copartícipe de una singladura, de un viaje, de un proyecto. Eso tiene validez en el resto del mundo, en España, si piensas así, eres facha porque lo dicen unos cuantos pajilleros mentales.

Eso es algo que no me gusta de nuestro país: la absoluta bipolarización de todo y el interés que existe siempre por encasillar a las personas de una forma u otra. Los pensamientos libres, los seres asilvestrados por estos lares están muy mal vistos y por ello siempre intentarán, tengan razón o no, meterte en el casillero correspondiente.  

El tema de Gibraltar creo que no tiene mucho de patriótico sino más bien de lógica política. La política internacional, la política más o menos consensuada que nos ha dicho en infinidad de ocasiones que las colonias deben desaparecer, aunque ya sabemos que los intereses de unos y otros siempre interfieren y la lógica, la cordura y la normalidad nunca tienen asiento en nuestra historia.

La lógica nos dice que lo normal sería presionar con firmeza a los británicos ante todos los organismos internaciones implicados, ponerles las peras a cuarto a los gibraltareños para demostrarles que están tratando con un país serio y de verdad y seguir en la senda hasta la total descolonización. Eso ahora mismo es pedir demasiado, creo yo. Tras la muerte de Felipe II los dirigentes que tenemos por estos andurriales son más bien de garrafón, cuando no están definitivamente en contra del propio país. 

No tengo ni idea lo que hará este gobierno que padecemos en la cuestión de Gibraltar. Nos han mentido tanto desde que llegaron que no sé si esta actitud que han tomado de firmeza ante los llanitos y británicos no será una pose para proceder a concederles más beneficios y más terreno todavía del que se han apropiado a lo largo de los años.

La imagen del peñón la encontré en Turismo Digital.

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