¿Árbitros ciegos, bizcochables o comprados en el mundial ?

Si hay algo que no me gusta del mundial es la presencia de árbitros que deslucen partidos interesantes y llenos de emoción con actuaciones que merecerían cuando menos la cárcel.

Como ejemplos de árbitros de este tipo tenemos a Jorge Larrionda que cometío varios crímenes mientras pitaba el partido Italia - USA el pasado sábado y que daba la impresión que quería hacer méritos para que le pusieran su nombre a alguna calle en el país transalpino o incluso que lo hicieran santo directamente, dado que el Vaticano geográficamente está dentro de Italia.

No lo sé exactamente, pero las autoridades italianas deberían recompensarle de alguna forma. Con todos los regalos que les hizo, creo que sería un buen agradecimiento ponerle su nombre a la avenida más importante de Roma. Una calle, me parece poca recompensa. Sería bueno que a la Vía Venneto de Roma le pusieran Vía Jorge Larrionda, creo que lo merece.

Ahora mismo, cuando escribo este post, es el descanso del partido Togo - Suiza, en el que el árbitro ya se ha comido 2 penálties a favor de Togo. En este caso supongo que los suizos habrán tomado buena nota de su actuación y tendrán ya operativa su cuenta bancaria en la Confederación helvética, al precio convenido según tarifa.

En la foto puedes ver al fistro de árbitro paraguayo, Carlos Amarilla, que perpetró el partido Togo - Suiza.