El equipo de demolición que ahora se encarga de administrar el dinero de todos los españoles ha decidido que no toca actualizar las pensiones de los más pobres, de los más desfavorecidos y de los que más están sufriendo en España.
Han garantizado, no obstante, que el botín recaudado llegue a todos sus cómplices para que sigan sintiéndose orgullosos de pertenecer a la secta más destructiva que sigue asolando españa, la casta política.
Han garantizado, no obstante, que el botín recaudado llegue a todos sus cómplices para que sigan sintiéndose orgullosos de pertenecer a la secta más destructiva que sigue asolando españa, la casta política.
Todos los palmeros, pesebreros y miembros del régimen feudal de corrupción español tienen garantizado su parte del latrocinio, que día a día, mes a mes, año a año, obtienen con sus golpes a todos los ciudadanos.
El PP, el PSOE y todas y cada una de las bandas nacionalistas son cómplices y autores de esta sucesión incesante de robos sistemáticos ante los que los que ellos consideran sus esclavos, esto es, el resto de ciudadanos, debemos callar, aguantar y obedecer porque el régimen también se encarga de sofocar cualquier protesta.
La medida que acaba de anunciar este Gobierno miserable de no actualizar las pensiones, es una más de las muchas canalladas que está cometiendo con toda la sociedad. Es un robo a mano armada, pero como ya estamos acostumbrados a tanta injusticia y a que siempre seamos los mismos los que paguemos el pato, un atraco más no se nota.
El Gobierno de ahora, como brazo ejecutor de la banda mafiosa que administra España, ha decidido repartir ese dinero que le corresponde por ley a todos los pensionistas, entre sus compinches de la secta. Ya no cuela hablar del déficit, ni hablar de la crisis porque si que tienen dinero para entregarlo a sus colegas de mafia. La caja está ya tan vacía que por prioridades, entregan su parte del botín, primero a los suyos y después, si queda algo, al resto.
Robar es pagarle sueldos a legiones de familiares y socios mafiosos, robar es destinar el dinero a nadas con nombres rimbombatntes que no son más que una fórmula más o menos ingeniosa de llevarse la pasta. Robar es permitir, fomentar y animar la corrupción, indultando a los políticos corruptos amigos y robar, en definitiva es utilizar el dinero de todos para que sólo unos pocos se repartan los beneficios de todo un país.
Tampoco servirá de mucho este desahogo porque con sorpresa leo que todavía hay un buen número de ciudadanos que, según las encuestas, tienen intención de seguir apoyando a lo más corrupto del país para eternizar el sistema feudal de corrupción que padecemos por estos lares.
A mi me parece un robo, un latrocinio, una canallada, una estafa y mil nombres más que aparecen en el diccionario, pero, visto lo visto, al común de los españoles lo que más le preocupa es el nuevo careto de la recién operada Belén Esteban o el último gol del millonario de turno en el derby.
La imagen la encontré en Google.
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