El otro día estaba durmiendo y soñé que aparecía en mi ordenador un fichero con 5000 libros en formato EPUB. Probé con varios procesadores de texto y no había forma de verlos. En ese momento recordé que también en los sueños tengo a Google como motor de búsqueda, me puse manos a la obra y en unos segundos encontré la solución perfecta, Adobe Digital Editions, un fantástico programa gratuito que lee sin ningún problema este tipo de formato.
En nuestro país desgraciadamente el universo editorial quiere seguir manteniendo el sistema mediaval de comercio que practican desde hace siglos y nos quieren hacer creer que un libro físico cuesta los mismo que un libro en formato electrónico, a tenor de los precios que nos encontramos por ahí, cuando los ponen a la venta.
Un libro físico tiene gastos de impesión, tintado, transporte, almacenaje, edición, etc, etc, pero en el corazon de un disco duro, que yo sepa no existen nanotransportistas, nanoimpresores, nanoalmaceneros, nanoescritores, etc que realizan el mismo trabajo a escala diminuta. Es un mero archivo ya terminado.
Todavía no entienden o no quieren enterarse que un fichero que duerme plácidamente en un disco duro puede ser copiado hasta el infinito y más allá, que diría Buzz Ligthyear. Supongo que les gustaría pensar que el formato electrónico sólo existe en los libros de ciencia ficción que venden y que llegará a la sociedad dentro de unos cuentos siglos, pero la realidad es que ya lleva mucho tiempo entre nosotros y las editoriales en su mayoría siguen sin enterarse.
El régimen feudal que pretenden mantener en España tiene los días contados: tratar a los lectores como esclavos y preservar el derecho de pernada con los escritores no va a poder prolongarse, por mucho que quieran, más en el tiempo.
¿Te has preguntado alguna vez por qué un mismo título vale casi el doble en España que en Francia, Inglaterra o Estados Unidos? ¿Es que en España la impresión se hace con fibras de oro para darle un toque más lujoso a cada libro? Por los precios que pagamos da esa impresión.
La industria editorial está muerta y ella todavía no lo sabe, a no ser que tomen medidas drásticas y cambien su sistema para adpatarse a un presente que ya ha devorado a la indusria audiovisual que no ha querido pensar en clave del siglo XXI.
La imagen del progrma Adobe Digital Editions la encontré en PBWorks.
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