Ese viejo hombre barbudo - Crónicas de Esperantia

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viernes, 4 de agosto de 2006

Ese viejo hombre barbudo

La diferencia entre el tratamiento de la enfermedad de Fidel Castro y la de Rocío Jurado, por ejemplo, es abismal.

Mientras en la del dictador cubano no sabemos apenas nada, en la de la folklórica teníamos a una legión de periodistas, por decir algo, apostados por todos los tejados que circundaban el hospital para darnos la ultimísima hora.

Es la diferencia entre una dictadura infame y una democracia o similar.

Ahora mismo y después de varios días no conocemos la situación real del dictador, del país y de su gobierno. Como el corresponsal que tenemos en La Habana está de vacaciones, tendremos que hacer nuestras propias conjeturas sobre la marcha: Por un lado tenemos las manifestaciones de su hermana en Miami que dice que su hermano ha salido bien de la operación y está en plena comparecencia. Y por otro los rumores que apuntan a que haya fallecido ya y lo tengan congelado o en hibernación a la espera de qué hacer.

Personalmente me quedo con la versión de su hermana. Creo que el dictador ante la tesitura de dejar el gobierno "colgado" al enfrentarse a una delicada operación, decidió delegar en su hermano por si ocurría algo. Una vez superado el contratiempo todo volvería a la normalidad y listo. Y si se dejaba el pellejo en el quirófano, todo seguiría atado y bien atado, como suele decirse.

No sé cómo estará ahora mismo Fidel porque como Salsa Rosa y otros programas de su calaña no siguen el caso, no tenemos mucha información, pero si aparece dentro de unos días fresco como una lechuga no creo que sea para lanzar las campanas al vuelo tampoco. Tiene algo así como 80 tacos y, según ha dicho él mismo, no piensa seguir en el poder hasta los 100, bien por desenlace fatal o por impedimento senil lógico.

Así que los que desean que llegue el momento del cambio de régimen tampoco deben esperar tanto. Si no es en esta ocasión, será en los próximos 20 años ineludible e inexorablemente.

Aunque no debemos olvidar que es un dictador y asesino y que ninguna dictadura es buena o menos mala. Todas son horribles.

El régimen debería pensar en el futuro y montar una dictadura moderna del siglo XXI. Montarla es fácil: Debes fundar un banco, buscar a los más incapaces de tu país para que los voten cada cierto tiempo y desde el banco tenerlos agarrados por el cuello con intereses abusivos por las campañas electorales, debes comprar medios de comunicación y compañías telefónicas y listo.

Tienes una dictadura moderna en la que haces lo que quieres y te miran bien.

¡Ah! No olvides poner en algún lugar de la constitución que tus ciudadanos tienen derecho a una vivienda digna y a un trabajo digno. Tranquilo que no tienes que cumplirlo. Sólo es de cara al exterior. Para que otros países piensen que eres un país moderno.

La imagen de la caída del dictador la encontré en Varifrank, aunque está firmada por AP


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